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El Manifiesto Ecomodernista es un programa para el genocidio y el ecocidio

Robert Jay Lifton anotó que antes de poder cometer cualquier atrocidad masiva, uno se debe convencer a sí mismo, y a otros, que lo que se está haciendo no es una atrocidad, sino algo beneficioso. Se debe tener lo que el llamo “justificación virtuosa.

De ahí que los Nazis, según su perspectiva, no estaban cometiendo asesinatos masivos ni genocidio, sino que estaban purificando la raza Aria. Ellos no estaban librando una guerra agresiva sino ganando espacio vital necesario (Lebensraum).

Los Estados Unidos nunca han cometido ningún genocidio, sino que han cumplido con su Destino Manifiesto. Nunca ha librado guerras agresivas, sino que ha “defendido su interés nacional” y ha promovido la libertad y la democracia.

Hoy, la cultura dominante no está matando el planeta sino que esta “desarrollando recursos naturales”.

Esto quiere decir que cualquier cultura lo suficientemente tonta y demente para asesinar el planeta que es nuestro único hogar, será por supuesto lo suficientemente tonta y demente para buscar la justificación a este asesinato.

Esto nos trae al Manifiesto Ecomodernista, el mismo tipo de justificación virtuosa que hemos llegado a esperar de esta cultura con una tradición de varios miles de años de odio a la naturaleza.

Y la Tierra es reconstruida por manos humanas

Diablos, el primero mito escrito de esta cultura es el del héroe Gilgamesh deforestando lo que ahora es Iraq para construir una ciudad y hacerse un nombre por sí mismo. Adelantándonos unos miles de años, y esa es la misma historia de odio a la naturaleza y construcción de imperios que nos dicen en El Manifiesto Ecomodernista (y lo mismo se ha dicho en miles de formas en el medio).

El narcicismo, la legitimación y manipulación a través de información falsa, empiezan al principio: “Decir que la Tierra es un planeta humano se convierte en una verdad cada día. Los humanos son hechos desde la Tierra, y la Tierra es rehecha por manos humanas”.

Muchos científicos de la Tierra expresan esto al decir que la Tierra ha entrado en una nueva época geológica: el Antropoceno, la Era Humana. Como académicos, científicos, activistas y ciudadanos, escribimos con la convicción que el conocimiento y la tecnología, aplicados con sabiduría, podrían permitir un buen o incluso un excelente Antropoceno”.

La Tierra es rehecha por manos humanas”….’Rehecha’ es una palabra tan bonita, ¿no? Mucho mejor que destruida, asesinada, devastada, gravemente herida, ¿no lo crees? Gilgamesh y aquellos que vinieron después, no deforestaron y desertificaron lo que una vez se llamaba la Creciente Fértil, ellos los ‘rehicieron’, de bosques de cedro tan espesos que la luz del sol nunca tocaba el suelo, en ciudades y desiertos.

Los egipcios y fenicios no mataron los bosques en el Norte de África, ellos los ‘transformaron’ en marinas y desiertos. Esta cultura no ha barrido con el 98% de los bosques, humedales, sabanas en mundo. Esta simplemente ‘rehaciéndolos’ así como “rehaciendo’ que las plantas y animales ahí se extingan.

Esta cultura no está matando los océanos, esta simplemente ‘rehaciéndolos’ de tal manera que probablemente no habrá mas peces. No está extirpando elefantes, grandes monos y los grandes felinos y doscientas más especies por día. Esta simplemente ‘rehaciéndolos’ para que se extingan. No está cometiendo robo de tierras y genocidio en contra de indígenas, sino que simplemente los ‘rehace’ así como sus tierras.

No todos los humanos – sólo los poderosos

Además, el tipo de “reconstrucción” del que hablan en este Manifiesto no es hecha por todos los humanos, como ellos dicen. Está hecha por cierto tipo de humanos, que se sienten con el derecho de tomar todo en el planeta, la clase de gente que quizás lo llame “un planeta humano”.

Yo vivo en Tolowa, tierra indígena, en lo que es ahora el extremo norte de California. Los Tolowa vivieron aquí por al menos 12,500 años y cuando los europeos llegaron, el lugar era un paraíso. Había tanto salmón en los ríos que estos estaban “obscurecidos y agitados” con peces. Los Tolowa, los Yurok y los Hoppa vivieron aquí de manera sostenible y pudieron haber continuado haciéndolo más o menos para siempre.

Miembros de la cultura dominante llegaron hace menos de 200 años e inmediatamente se embarcaron en campañas de exterminio – los autores de “El manifiesto Ecomodernista” quizás las llamaban “campañas de reconstrucción” – en contra de habitantes humanos tanto como no humanos.

¿Y cuál era el punto de todas estas campañas de exterminio regeneración? No era tan diferente en los años 1830 de cómo es ahora, y no es tan diferente ahora de cómo era en el tiempo de Gilgamesh.

El punto es permitir que Gilgamesh cree una ciudad y haga un nombre por sí mismo; es decir, permitir que “los elegidos” puedan entrar a la tierra prometida; es decir, permitir que “los superiores” manifiesten su destino; Es decir, permitir que “los superiores” creen un Reich de miles de años; Es decir permitir que los superiores hagan tanto daño al planeta hasta el punto que nombran una maldita época geología bajo su nombre; Es decir, “permitir un buen, incluso un súper Antropoceno “

El fin de la violencia!….. ¿En serio?

Los autores de “Un Manifiesto Ecomodersnista” también dicen: “La violencia en todas sus formas ha disminuido significativamente y probablemente está en el nivel per cápita más bajo jamás experimentado por la especie humana, a pesar de los horrores del siglo XX y el terrorismo actual”.

¿Quién hubiera adivinado que cuando uno redefine la violencia perpetrada por su misma cultura, como no violencia sino como “reconstrucción” entonces uno puede decir que “la violencia en todas sus formas ha disminuido significativamente”?

No creo que los miembros de las doscientos especies llevadas a extinción hasta hoy, estarían de acuerdo con que “la violencia en todas sus formas ha disminuido significativamente”. Así como los miembros de las culturas Indígenas que están siendo despojados de sus tierras o exterminados: Las lenguas humanas indígenas están siendo llevadas a la extinción a un ritmo relativamente más rápido que las especies no humanas.

Pero me imagino que nada de esto cuenta como violencia de ninguna forma. Porque debido a esta “reconstrucción” del planeta, la vida salvaje a través del mundo, ha colapsado en un 50% en los últimos 40 años. Porque debido a esta “reconstrucción”, los océanos se están acidificando y se están sofocando en plástico. Me imagino que nada de esto cuenta como violencia en ninguna forma.

Esta “reconstrucción” del planeta está causando la extinción en masa más grande en la historia del mundo, de hecho, hasta donde sabemos la extinción en masa más grande en la historia del universo. ¿Y la violencia ha disminuido? Solo porque ellos no cuentan la violencia que no quieren contar.

Ellos tampoco cuentan la violencia de agricultores autosuficientes que están siendo sacados de sus tierras. Ni cuentan la violencia de humanos (y no humanos) que pierden sus formas de vida tradicionales en esta gran “reconstrucción”. No cuentan los horrores de la agricultura industrializada o de los monocultivos en hilera.

El imperio de la ley y el aumento de libertad. ¿Ah sí?

Los autores dicen, “Globalmente, los seres humanos han pasado de gobiernos autocráticos hacia democracia liberal caracterizada por el imperio de la libertad y su aumento”

Yo no creo que eso agricultores sostenibles, forzados a dejar sus tierras para moverse hacia las ciudades, estarían de acuerdo en que están viviendo en un tiempo donde hay mayor libertad. Y no creo que ninguno de nosotros tiene la libertad de vivir libres de este mundo que esta cultura esta “rehaciendo”.

¿Tengo la libertad de vivir en un mundo con más aves migratorias cada año? ¿Más anfibios? ¿Tengo la libertad de vivir en un mundo que no está siendo asesinado? Esta cultura le da la opción a sus víctimas: “Adáptense al mundo que estamos rehaciendo a nuestro gusto, o mueran”. Fundamentalmente, esta no es diferente a la opción que esta cultura ha ofrecido a los indígenas por mucho tiempo de “Cristianismo o muerte”, o “entregar sus tierras y asimilar, o muerte”.

Una vez que te entregas a esta cultura, dejas de defender tu tierra de esta cultura, te vuelves dependiente de esta cultura, trabajas para esta cultura, te identificas con esta cultura, propagas esta cultura, sirves a esta cultura, ahí entonces la cultura y sus defensores quizás dejen de atacarte. Pero si no te rindes a ella, serás exterminado. Como lo vemos. Y nada de esto es considerado violencia.

¿Viviendo el Marxismo?

Hace uno años fui entrevistado por un marxista dedicado quien cree que es posible crear un sistema industrial en el cual todos los intercambios económicos sean voluntarios, ausentes de cualquier violencia o coerción.

Por su puesto, así como los autores de Un Manifiesto Ecomodernista, él no contaba la violencia contra los no-humanos o el mundo natural, como violencia. También decía que las ciudades podrían existir bajo dicha sociedad.

—Yo pregunte: ¿“Qué usarías como medio de transporte”?

—El respondió: Autobuses

—Yo le pregunté: ¿Dónde consigues los metales para los buses?

—“Minas”

¿Dónde consigues a los mineros?” La minería es una de las tres primeras formas de esclavitud, y la principal forma de meter gente en la minería siempre ha sido la coerción, sea por medio de la espada o arma; o través de leyes tales como es el apartheid; o a través de otros medios para destruir el acceso a la tierra para las personas y de ahí acceso a la comida, ropa y techo y por lo tanto a la autosuficiencia.

—Él dijo: “Les pagas los suficiente como para que lo hagan”

—Yo dije: “¿Y qué hay de la contaminación de los ríos? Estamos de acuerdo en que las minas contaminan ¿verdad? Es imposible tener una mina sin dañar la tierra, el agua y el aire ¿cierto?”

—El acepto.

—Yo dije: “¿Qué hay de la gente que vive al lado del río que ahora estará contaminado?”

—“Les pagas para que se vayan”

—“¿Y qué pasa si ellos han vivido ahí por más de 12,500 años y sus ancestros están ahí, y se rehúsan a irse?”

—“Les pagas más”

—“No quieren tu dinero”

—“¿Cuantos son?”

—“¿Cuál es la diferencia? Digamos 500

—Él dijo: “Votamos”

—Yo dije: “¿Entonces, el millón de personas en la ciudad votan para tomar la tierra de los 500 que viven al lado del rio?”

—Él dijo: “Si”

—Yo dije: “¿Si te das cuenta que al no cuestionar la infraestructura industrial, en un minuto te has movido de ser un ferviente defensor de sólo interactuar usando intercambios económicos a ser un defensor del colonialismo, del robo de tierra a los indígenas y del imperio democrático?”

La meta Ecomodernista: “desacoplar” a los humanos de su ambiente natural

Las ciudades siempre han dependido del campo para la explotación (también conocidas como colonias o naturaleza).

Los autores afirman, “Ya sea que los beneficiados sean las comunidades indígenas locales o las corporaciones extranjeras, el problema en la conservación de la naturaleza es la continua dependencia de los humanos en los ambientes naturales”.

A menudo aquellos que tratan de justificar la destructividad de esta cultura, combinan a los pueblos indígenas viviendo en el lugar y afectando sus bases con las actividades claramente destructivas de las corporaciones transnacionales. La afirmación parece ser: porque los humanos vivieron en algún lugar y afectaron la tierra allí (ya que cada ser afectara a otros seres: las bacterias que viven dentro de ti te afectan, algunas de forma muy positiva), entonces eso le da carta blanca a la cultura dominante para actuar como le dé la gana.

Como lo puso el anti-ambientalista Charles Mann: “Todo vale…….Los Nativos Americanos manejaron el continente como mejor consideraron conveniente. Las naciones modernas deben hacer lo mismo.”

Esto es por supuesto completamente demente (y egoísta). Cualquiera persona con integridad, entiende la diferencia entre los pueblos indígenas viviendo en el mismo lugar por 12.500 años y ese lugar siendo capaz de abastecerlos por otros 12,500 años y la cultura dominante extrayendo recursos para hacer un dólar (oh perdón, ‘reconstruyendo’ el lugar).

Por supuesto los humanos afectan la tierra. El salmón afecta la tierra. Los alisos afectan la tierra. Los castores afectan la tierra. Los perros de pradera afectan la tierra. Los lobos afectan la tierra. Los hongos afectan la tierra. Pero la pregunta es: ¿tu presencia en la tierra ayuda a hacerla más saludable? Hay un mundo de diferencia entre participar en una base de vivienda por un lado y por otro lado en extraer recursos o ‘reconstruir’ la tierra. La primera es una relación, la segunda es robo, asesinato y control.

Somos parte de este planeta – y es mejor que nos acostumbremos a ello

Se decía que los indios del norte de California tomaban decisiones que por supuesto afectaban a la tierra (así como lo hacen el salmón, el árbol de secoya y todo lo demás), pero que estas decisiones eran tomadas sabiendo que la gente seguiría viviendo en ese mismo lugar por los próximos cien años. En otras palabras, sus decisiones eran tomadas basándose en su entendimiento encarnado de que su propia salud dependía totalmente de la salud de la tierra.

Esto es precisamente todo lo contrario a lo que hacen aquellos que promueven las economías extractivas y es precisamente lo contrario a lo que proponen los autores del Manifiesto Ecomodernista. Ellos proponen que el ‘problema’ es “la dependencia continua de los humanos en los ambientes naturales”.

Pero ese no es el ‘problema’. Esa es la realidad. Vivimos en el planeta Tierra, nuestro único hogar, nuestra única fuente de aire, agua, comida, refugio, nuestra única fuente de todo lo que da la vida. Es físicamente imposible ‘desacoplarse’ de la Tierra, usando una de las palabras favoritas de los autores del Manifiesto. La salud de la Tierra desde una salud a largo plazo de aquellos que dependen de esta Tierra.

Seguro, le puedes robar a la Tierra para construir una ciudad, una base armada y usar esa ciudad y esa armada para conquistar más tierra. Seguro puedes continuar por el camino de la expansión al rededor del globo terrestre, cortando bosques secando humedales, construyendo represas en los ríos y creando zonas muertas en los océanos, extirpando seres no-humanos y robando tierra a los pueblo indígenas quienes estaban viviendo allí de forma sostenible, siempre y cuando hayan nuevos bosques para cortar, nuevas praderas para convertir en tierras de cultivo (luego en tierras baldías).

Mientras hayan nuevas fronteras para violar y explotar, nuevos lugares para conquistar y robar (perdón, para reconstruir) puedes continuar sobrepasando la capacidad de carga y destruyendo el planeta. Y mientras tanto, puedes construir una maldita gran ciudad y un maldito nombre por ti mismo. Pero nunca debes pretender que pueda ser sostenible.

Los autores preguntan: “¿Dado que los humanos son completamente dependientes de la biosfera, como es posible que la gente le esté haciendo tanto daño al sistema natural sin hacerse más daño a sí mismos?”.

Yo sigo pensando en lo que podría ser la experiencia interna y social de las bacterias en una placa de Petri. En cualquier momento algunas de las bacterias dirían: “Hay ciertos límites sobre cuánto podemos sembrar. ¿Tú crees que deberíamos planear como vivir aquí de forma sostenible?”

Otros responden: “Las cosas nunca han estado mejor. Si solo seguimos haciendo lo que estamos haciendo, crearemos no solo uno bueno, sino un grandioso bacterioceno!”

Los opositores señalan de nuevo que la placa de Petri es finita. Son callados por los optimistas que dicen, de acuerdo con los autores de Un Manifiesto Ecomodernista: “En la medida en que haya limitaciones físicas fijas al…… consumo, son tan teóricas como funcionalmente irrelevantes”.

La bacteria ecomodernista insiste en que lo realmente es necesario desacoplar (una de sus palabras favoritas) su propio bienestar de la placa Petri. Esta discusión se da hasta el final, donde la placa Petri ‘reconstruida’ no pueda apoyar más vida.

La dieta de los monocultivos industrializados – ¿a eso llamas ‘diversa’?

Brevemente quisiera señalar otra mentira más explícita y otra presunción falsa. La mentira explicita es, “El promedio per-cápita del uso de la tierra es vastamente más bajo de lo que era hace 5,000 años, a pesar del hecho de que la gente moderna disfruta de una dieta más diversa.”

Primero que todo, ‘promedio per-cápita de uso de la Tierra’ es una medida ridícula de la salud ecológica o social. El punto de la vida, no lo es; como sugiere la biblia ‘marchad y multiplicaos’. El punto no es, para mover esto al siglo 21, proyectar la definición del éxito del capitalismo en el mundo real y tratar de ‘expandirse o salirse’.

El punto es y siempre ha sido la salud de la tierra. Una sociedad con menos miembros viviendo en una relación mutua y participativa con la tierra a largo plazo, es una mejor medida de la salud ecológica y social que la cantidad de tierra que cada persona requiere.

Una cultura sana podría determinar a cuantas personas podría (óptimamente) sustentar un pedazo de tierra de forma permanente y de ahí asegurarse de permanecer por debajo de ese número. Una cultura demente superaría la capacidad de carga y luego se consideraría superior porque soporta (temporalmente) más personas por metro cuadrado.

Pero esa no es ni siquiera la mentira principal, la absurda afirmación de que “la gente moderna disfruta de una dieta mucho más rica”. En este momento solo tres plantas – arroz, trigo y mijo – proveen el 60% de la energía alimentaria que los humanos digieren y 15 plantas proveen el 90%. Además, el suministro de estos alimentos está cada vez más controlado por grandes corporaciones: cuatro corporaciones controlan el 75% del mercado mundial de granos. Podemos hacer declaraciones similares sobre otros mercados de alimentos.

En contraste, la dieta de cazadores recolectores incluía rutinariamente puntuaciones de cientos de variedades de plantas, plantas no controladas por corporaciones distantes. Esto es crucial, porque si aquellos en el poder pueden controlar el suministro de alimentos de las personas, pueden controlar sus vidas, lo que significa que ellos los pueden obligar a trabajar para las elites: hasta ahí llego esa ‘libertad’ en este mundo ‘reconstruido’.

Y luego está el hecho de que nadie más puede comer palomas pasajeras, zorzales esquimales, grandes alces o cualquiera de los alimentos básicos que esta cultura ha llevado a la extinción durante esta gran reconstrucción. Y en estos días con el pez más delicioso llevado a la extinción (al menos comercialmente), cada vez las empresas están vendiendo como lujoso, lo que alguna vez fue considerado ‘pescado basura’. Todo esto es una de las razones por las que la prensa corporativa está cada vez elogiando insectos como comida: nosotros hemos destruido o estamos destruyendo otros abastecimientos de alimento.

Entonces, esto es simplemente una mentira para decir que las dietas modernas son más diversas.

La salud humana y la salud planetaria son inseparables – le guste o no

Y finalmente, para la principal presunción del Manifiesto, de que el mundo se puede ‘reconstruir’ sin destruirlo. Vamos a probar su tesis. Nombremos 5 biomas usados por esta cultura para la extracción – ‘reconstrucción’, usando sus términos – que no han perjudicado significativamente en sus propios términos.

Ok, tratemos con cuatro.

¿Tres?

¿Dos?

Bueno, nombremos uno.

No se puede. En los últimos varios cientos de años, esta cultura no ha gestionado la extracción de ningún bioma sin haberlo perjudicado significativamente.

Dicen que la habilidad para reconocer patrones es un signo de inteligencia. ¿Qué tan estúpido nos haría ver nuestro llamado a la virtud si no podemos reconocer este patrón, con una cadena de fallas ininterrumpida ejecutándose por varios miles de años y a este punto, literalmente cubriendo el planeta entero, desde los desiertos en Iraq, las manchas de basura en los océanos, el descongelamiento de las capas de hielo hasta los ríos contaminados y represados?

Por supuesto que si tu meta es la de ‘reconstruir’ el mundo para crear lujos para ti mismo, y si no te importa que esa ‘reconstrucción’ destruya la vida en el planeta, entonces no creo que consideres esto como un patrón de fallo consistente. Lo considerarías un gran éxito. Lo cual es bastante estúpido en cualquier forma.

De más de las 450 zonas muertas en los océanos – causadas por esta cultura de ‘reconstrucción’ del planeta – solo una se ha recuperado. Está en el mar negro. Se ha recuperado no porque los humanos se hayan ‘desacoplado’ si mismos de la tierra, sino mejor porque los humanos fueron obligados a ‘desacoplarse’ del imperio.

La Unión Soviética colapso, y este colapso hizo que la agricultura no fuese económicamente factible en la región. En otras palabras, los humanos no podrían ‘reconstruir’ el mundo en ese lugar. Y el mundo, o mejor esa pequeña parte del mundo se empezó a recuperar.

Los autores de El Manifiesto Economodernista lo tienen completamente al revés. Por muchos miles de años, esta cultura de odio a la naturaleza, ha tratado lo más duro posible de definirse a sí misma como algo distinto a la naturaleza. Ha intentado separarse de la naturaleza, fingir que no hace parte de la naturaleza. Pretende que está por encima de la naturaleza, que es mejor que la naturaleza. Que lo que ella crea es más importante que lo que crea la naturaleza. Ha tratado de pretender que no depende de la naturaleza.

Si deseamos seguir viviendo en este planeta, necesitamos reconocer y recordar que es nuestro único hogar y que dependemos de él y que esa dependencia es algo muy positivo.

Lejos de tratar de ‘desacoplar’ nuestro bienestar de la del planeta – lo cual es lo que esta cultura ha estado tratando de hacer por varios cientos de años, hasta el detrimento de todos aquellos que esta cultura encuentra- debemos reconocer y recordar que nuestro propio bienestar ha estado siempre íntimamente ligado a la salud del planeta.

Y aquellos de nosotros que nos preocupamos por la vida en el planeta debemos parar a esos que actualmente están ‘reconstruyendo’ – léase matando- este planeta que es tu único hogar.

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No Responses — Written on November 10th — Filed in Español

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